Antes de operarse la próstata, debido a la gran variación en los síntomas, la intensidad de estos y la diferente progresión de la enfermedad a lo largo del tiempo, es imprescindible ajustar el tipo de tratamiento en cada paciente.
La decisión de operarse de la próstata dependerá de varios factores:
– Tamaño prostático
– Morbilidad del paciente
– Técnica anestésica
– Experiencia del cirujano
– Preferencia del paciente
– Disponibilidad técnica.
Existen de varias opciones en el tratamiento de la próstata:
– Tratamiento expectante. (lo veremos en futuras entradas)
– Tratamiento farmacológico. (lo veremos en futuras entradas)
– Tratamiento quirúrgico.
¿Cuáles son las técnicas quirúrgicas para operarse de la próstata?
- Cirugía/Adectomía abierta. Se emplea en próstatas grandes de más de 100cc o cuando hay litiasis vesicales de gran tamaño. Es la técnica que se asocia a una menor tasa de reintervención a a largo plazo.
- RTU de próstata bipolar. Técnica más utilizada en la actualidad y se aplica en próstatas medianas. Permite la utilización de suero fisiológico. Tasa de reintervención mayor que la cirugía abierta.
- Láseres prostáticos. La recomendación es emplearlos también en próstatas medianas. Los tipos de láseres más empleados son el láser verde, láser Holmio y láser Tulio. El laser se puede emplear de distintas maneras:
– Vapo-resección: esta técnica combina la vaporización y la resección, es decir, que permite extraer pequeñas muestras de tejido prostático.
– Enucleación: en ella se quita todo el adenoma de próstata de la misma manera que se hace en la adenomectomía abierta.
La técnicas láser se asocian a una menor tasa de sangrado y permiten una retirada de sonda vesical en el postoperatorio inmediato.
En resumen, como habéis leído, no hay un método universal infalible para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata sino que debe individualizarse a cada caso la indicación de la técnica para operarse de la próstata.