INNOVACIÓN

La medicina avanza de una forma rápida y constante. En APL somos conscientes que la innovación en nuevos tratamientos y nuevas cirugías nos permite estar a la vanguardia de nuestra práctica médica.

CÁNCER DE RIÑÓN

incontinencia urinaria

CÁNCER DE VEJIGA

HIPERPLASIA BENIGNA DE PRÓSTATA

CANCER DE PRÓSTATA

cáncer de pene y de testículo

Innovación Cáncer de Riñón

  • Cirugía robótica: Si bien, el procedimiento quirúrgico de Robot lleva años practicándose para el tratamiento del cáncer de riñón, sigue siendo el más innovador y seguro en cuestión de desempeño quirúrgico, complicaciones y recuperación posterior a la cirugía.

    La cirugía laparoscópica asistida por Robot se puede aplicar para la cirugía renal como la nefrectomía radical, nefrectomía parcial, nefroureterectomía y la linfadenectomía. Esta tecnología mejora la precisión, destreza del cirujano y los resultados.

    Es fundamental que el paciente se sienta cómodo y seguro durante el tratamiento del cáncer y es nuestra prioridad ofrecer una asistencia física, mental y emocional.

    Una vez que el paciente ha sido intervenido, la recuperación es rápida. La cirugía robótica ha demostrado unos resultados oncológicos excelentes y una confortable y rápida recuperación de la cirugía.

  • Cirugía de ablación renal. Consiste en tratar tumores de pequeño tamaño mediante la destrucción de los mismos con energía, que puede ser frío (crioterapia) o calor (radifrecuencia o HIFU). En cualquiera de los casos el abordaje puede ser mediante cirugía abierta, laparoscópica o percutánea. Requiere control por imagen de la destrucción del tejido mediante tomografía computerizada o ultrasonidos.

  • Tratamiento del cáncer de riñón oligometastásico: El cáncer de riñón oligometastásico es aquel, que aún no ha desarrollado todo su potencial maligno y que solo presenta un número limitado de metástasis fuera del riñón.

    Estos pacientes requieren una especial atención y requieren un equipo multidisciplinar con urólogos, oncólogos y radioterapeutas. En la actualidad, sabemos que el tratamiento del tumor primario en estos pacientes mejora la supervivencia, así como el tratamiento directo de las metástasis, pero es necesario personalizar cada caso.

    En APL Urología tenemos experiencia en estos tratamientos y somos conscientes de las dificultades que entrañan estos casos. Por ello, disponemos de un equipo de especialistas para estos casos.

  • Tratamiento del cáncer de riñón avanzado y metastásico: El cáncer de riñón avanzado es aquel que se encuentra en un estadio superior al local y ya comienza tener repercusión fuera del riñón. Se asocia a más recidiva y a peores resultados. Es necesario poner todos los recursos para que el control oncológico sea el adecuado.

    El cáncer de riñón metastásico es cuando la enfermedad sale fuera del riñón y asienta en diferentes órganos. Aunque suene duro el término “metástasis” en la actualidad disponemos de nuevos tratamientos que nos permiten atajar esta situación y ofrecer buenos resultados y con una buena calidad de vida.

    Cáncer de tracto urinario superior

  • Cirugía de preservación renal en el cáncer de urotelio: El tratamiento quirúrgico endoscópico con láser puede ser una opción de tratamiento eficaz para el cáncer del urotelio en estadios tempranos y no conlleva la pérdida del riñón.

    En APL Urología realizamos estos tipos de procedimientos con la última tecnología en el quirófano de endoscopia (“inteligente”).

    El procedimiento se desarrolla en las siguientes fases:

    Preparación: el procedimiento se realiza bajo anestesia general o loco-regional según preferencias.

    Introducción del instrumental: el médico introduce un ureterorrenoscopia flexible de alta resolución para inspeccionar toda la vía urinaria.

    Ablación de la lesión: en el caso de que se encuentre alguna lesión sospechosa se toma una biopsia con instrumental específico y se destruye con el láser. Se puede emplear láser de Holmium o láser de Tulio.

    Cierre: una vez terminado el tratamiento suele ser necesario colocar un catéter ureteral.

    Es importante señalar, que este tratamiento puede requerir otros tratamientos adyuvantes generalmente a través de la uretra, según el resultado del estudio de los tejidos.

    Tratamiento sistémico: Tratamiento sistémico para el cáncer de riñón que utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas en todo el cuerpo. Se administra por vía oral o intravenosa.

    El régimen de tratamiento varía de acuerdo con la situación individual del paciente. Es importante destacar que es un tratamiento potente y puede ser muy efectivo en algunos casos de cáncer de riñón. Con las nuevas moléculas es fácil de tolerar aunque en ocasiones, puede tener efectos secundarios graves. Por lo tanto, es importante consultar a un médico especialista en urología para evaluar la condición individual y determinar si el paciente es candidato.

Innovación Incontinencia

  • Inyección de agentes abultantes (bulking) intrauretrales: Existen determinadas sustancias de consistencia gelatinosa que pueden ser inyectadas dentro de la propia uretra, en varios puntos. Al hacer esto se consigue disminuir el diámetro de la luz uretral, del conducto de la uretra. Es un procedimiento mínimamente invasivo, que se realiza de manera ambulatoria, con sedación o anestesia general, sin necesidad de realizar heridas ni permanecer ingresado.

  • Slings suburetral ajustable (Remeex®): En casos en que la incontinencia es muy severa, la uretra no es móvil o han fallado otras técnicas quirúrgicas, se puede colocar un soporte, bien con una malla artificial o bien creado con tejidos propios, bajo la uretra, que se une a un dispositivo colocado bajo la grasa del pubis y que permite ajustar la tensión para eliminar la incontinencia urinaria. Además, este sistema permite ajustes posteriores con una pequeña incisión por encima del pubis si la incontinencia reapareciera a lo largo de los años.

  • Uretrosuspensión abdominal robótica: En las pacientes en las que las mallas han fracasado o en las que la cirugía a través de la vagina no es posible, existe la opción de sujetar la uretra al hueso del pubis para conseguir ese soporte que se ha perdido. Es una cirugía más compleja y agresiva, pero con buenos resultados. Además, la laparoscopia y, recientemente, la cirugía robótica, han disminuido la agresividad de la intervención, el dolor postoperatorio y el tiempo de ingreso en el hospital.

  • Esfínter urinario artificial con abordaje robótico: En casos puntuales, en los que existe una ausencia total de contractilidad del esfínter natural, se puede sustituir por un esfínter artificial. La apertura y cierre se consigue con un “botón” que se sitúa en los labios mayores. La cirugía robótica facilita la intervención y mejora los resultados y el postoperatorio.

    Tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo masculina:

  • Inyección de agentes abultantes: Dada la diferente anatomía de la incontinencia, la inyección de sustancias que cierren la luz uretral. Es un procedimiento mínimamente invasivo que puede suponer una opción en casos de incontinencia leve y personas muy frágiles que no sean candidatas a intervenciones más definitivas.

  • Dispositivos ajustables suburetrales: Existen varios dispositivos suburetrales ajustables para la incontinencia masculina: Remeex®, ATOMS®, y ARGUS®. El sistema Remeex® consiste en un malla suburetral y un sistema de ajuste que se coloca bajo la grasa del pubis, de manera análoga a como se realiza en las mujeres, y que permite ajustes posteriores con una mínima incisión abdominal. Los sistemas ARGUS® y ATOMS® funcionan con la colocación de un cojín suburetral en lugar de una malla. El ajuste con el sistema ARGUS® es similar al Remeex®, con una incisión abdominal para dar más tensión al cojín. La diferencia en el caso de ATOMS® es que el cojín se rellena de líquido y se coloca una válvula a nivel del escroto para la inyección o extracción del líquido según se requiere aumentar o disminuir la presión sobre la uretra, permitiendo llevar a cabo el ajuste en la consulta sin necesidad de nuevas incisiones en quirófano.

  • Dispositivos compresivos: Existen dos dispositivos de este tipo para la incontinencia urinaria. El más utilizado es el esfínter urinario artificial, que, de manera similar a la mujer, rodea la uretra completamente permitiendo mantenerla cerrada en condiciones normales y abrirla para poder orinar. De la misma manera, requiere la implantación de un sistema de apertura tipo botón a nivel del escroto y de la habilidad manual para manejarlo. Existe otro tipo de dispositivo, el PROACT®, que consiste en la colocación de dos balones compresivos a ambos lados de la uretra, a nivel del cuello de la vejiga, y un sistema a nivel del escroto para poder inflar o desinflar dichos balones a voluntad, ajustando la presión requerida.

    Tratamiento de la incontinencia de urgencia y vejiga hiperactiva, o vejiga neurógena

  • Neuromodulación del tibial posterior: La estimulación eléctrica del nervio tibial posterior lleva estos mismos impulsos hasta el centro sacro de la micción, ayudando a mejorar la coordinación entre el llenado y el vaciado vesical y mejorando la incontinencia de orina. Se lleva a cabo con una aguja de acupuntura con la que se pincha en la cara interna del tobillo, para estimular eléctricamente el nervio. Es un procedimiento sin apenas efectos secundarios, pero exige un tratamiento continuado al principio, así como tratamientos de mantenimiento cuando su eficacia disminuye con el tiempo.

  • Inyección de toxina botulínica intravesical: La toxina botulínica, comúnmente conocida por su nombre comercial, BOTOX®, tiene como efecto la parálisis muscular temporal del músculo de la vejiga, mejorando de manera importante la incontinencia durante el tiempo que dura su efecto. Cuando el efecto se pierde se requieren nuevas inyecciones, que se realizan en el quirófano, pero sin necesidad de ingreso.

    Tratamiento de la vejiga denervada o el detrusor acontráctil.

  • Neuromodulación del tibial posterior: La estimulación eléctrica del nervio tibial posterior lleva estos mismos impulsos hasta el centro sacro de la micción, ayudando a mejorar la coordinación entre el llenado y el vaciado vesical. Aunque tiene mejores resultados se dan en la urgencia miccional, tiene un posible papel en la mejora de la contractilidad de la vejiga.

    Tratamiento del prolapso de órganos pélvicos.

  • Colposacropexia robótica: Es el tratamiento de elección en pacientes con prolapsos importantes. Se puede utilizar tanto en prolapsos aislados de útero como en prolapsos que afectan a todos los órganos del suelo pélvico. Es una cirugía técnicamente compleja pero con buenos resultados y pocas complicaciones habitualmente. Mediante cirugía laparoscópica o robótica se coloca una malla que sujeta las paredes vaginales anterior y posterior y se ancla al hueso sacro para conseguir una sujeción estable de todo el suelo pélvico.

Innovación Cáncer de Vejiga

  • Cirugía robótica: Si bien, el procedimiento quirúrgico de Robot lleva años practicándose para el tratamiento del cáncer de vejiga, sigue siendo el más innovador y seguro en cuestión de desempeño quirúrgico, complicaciones y recuperación posterior a la cirugía.

    La cirugía laparoscópica asistida por Robot se puede aplicar para la cirugía vesical como la cistectomía radical, parcial, la linfadenectomía y la derivación urinaria. Esta tecnología mejora la precisión, destreza del cirujano y los resultados.

    Es fundamental que el paciente se sienta cómodo y seguro durante el tratamiento del cáncer y es nuestra prioridad ofrecer una asistencia física, mental y emocional.

    Una vez que el paciente ha sido intervenido, la recuperación es rápida. La cirugía robótica ha demostrado unos resultados oncológicos excelentes y una confortable y rápida recuperación de la cirugía.

  • Resección de tumor superficial de vejiga en bloque con láser: es una técnica que elimina el tumor en una sola pieza para un mejor estudio del tejido. Se puede realizar con bisturí o con láser.
  • Instilación vesical “con dispositivo EMDA” pre y/o posoperatoria: es un tratamiento añadido para el cáncer de vejiga superficial y que se administra mediante una sonda uretral en el interior de la vejiga. Consiste en aplicar una energía externa a la vez que se introduce el quimioterápico en vejiga que ha demostrado mejores resultados.

INNOVACIÓN HIPERPLASIA BENIGNA DE PRÓSTATA

  • Cirugía láser: La cirugía láser para la hiperplasia benigna de próstata (HBP) es una técnica mínimamente invasiva que utiliza un láser para remover parte de la próstata y aliviar la presión sobre la uretra. Esta cirugía se realiza a través de la uretra y no requiere incisiones externas.

    Hay varios tipos de cirugía láser para la hiperplasia benigna de próstata, incluyendo el láser de holmio, tulio y el láser verde. Según el tipo de láser empleado se denomina HOPEP, TULEP o TUFLEP. En ambos tipos de cirugía, el láser se utiliza para vaporizar o desintegrar el tejido de la próstata y reducir su tamaño.

    La cirugía láser para la hiperplasia benigna de próstata se realiza bajo anestesia y suele durar en torno a una hora. Después de la cirugía, los pacientes deben permanecer en el hospital por uno o dos días para controlar la micción y el dolor. También puede realizarse como una cirugía ambulatoria. El paciente regresa a sus actividades normales en unos pocos días.

    Las operaciones láser para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata tienen algunas ventajas frente a otros métodos, como: menor sangrado, recuperación más corta y menos complicaciones.

  • Cirugía de liberación uretral: Consiste en abrir la uretra prostática para mejorar la micción pero sin extraer tejido prostático. Para ello se aplica calor en forma de vapor de agua, se puede emplear una prótesis o se introduce un dispositivo por unos días que posteriormente se retira. La técnica debe ser consensuada con el enfermo según el caso.

    Se realiza a través de la uretra y no requiere ninguna incisión. La ventaja es que se realiza en régimen ambulatorio, en muy pocos casos hay pérdida de eyaculación y es una alternativa válida para el tratamiento oral.

    ¿Quiénes se pueden beneficiar?: pacientes con elevado riesgo anestésico, pacientes ancianos, pacientes que desean preservar la eyaculación o pacientes con síntomas miccionales leves.

  • Cirugía robótica La cirugía robótica se emplea en pacientes con próstatas de volumen muy elevado en los que estaría indicada una cirugía abierta. Este abordaje mínimamente invasivo mejora los resultados durante y posteriormente a la intervención.

    En este procedimiento, el paciente recibe anestesia general. El cirujano hace pequeñas incisiones en el abdomen del paciente, a través de las cuales, se introducen instrumentos quirúrgicos y una cámara en miniatura.

    El cirujano controla la cirugía visualizando todo el procedimiento a través de la cámara con un sistema robótico que le permite realizar movimientos más precisos y delicados que los del cirujano.

    Mediante esta técnica se pueden realizar las siguientes cirugías de la próstata, vejiga, riñón y retroperitoneo. Dentro de estos órganos se puede intervenir patología maligna-cancerígena como por ejemplo prostatectomía, cistectomía, nefrectomía radical, total o parcial y benigna como pieloplastia, adenomectomía o cirugía de la glándula suprarrenal.

    Después de este procedimiento, el paciente se recupera en un área especializada después de la cirugía y debe permanecer, al menos, 24 horas en el hospital recibiendo los cuidados adecuados para una recuperación óptima.

    La cirugía robótica es menos invasiva que la cirugía abierta tradicional, lo que mejora la recuperación y el paciente tiene menos dolor. Además, al ser más precisa se asocia a menos complicaciones quirúrgicas.

  • Robot Aquabeam: La cirugía robótica AquaBeam para hiperplasia benigna de próstata es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que también utiliza tecnología robótica y un chorro de agua para eliminar el tejido prostático agrandado.

    Previamente, el paciente debe someterse a una evaluación médica, analítica y pruebas de imagen para medir el tamaño de la próstata.

    A través de la uretra se introduce un instrumento robótico con una cámara. A continuación se introducen los parámetros de conformación anatómica de la glándula y tamaño.

    El cirujano utiliza el chorro de agua para extirpar suavemente el tejido prostático agrandado. El tratamiento se realiza con precisión para evitar dañar los tejidos contiguos. Una vez finalizado el tratamiento, se procede a cerrar la incisión.

    El paciente debe permanecer en observación por 24 horas en el hospital.

    La cirugía robótica AquaBeam para hiperplasia benigna de próstata es una opción quirúrgica menos invasiva que la cirugía abierta tradicional. Además, para la exéresis del adenoma prostático, emplea un chorro de agua a alta presión. Las posibilidades de sangrado son bajas pero si ocurriera se puede controlar posteriormente con bisturí eléctrico.

Innovación Litiasis

  • Cirugía retrógrada intrarrenal (RIRS o CRIR): este procedimiento se realiza con instrumental flexible que permite operar dentro del riñón pasando por la uretra, vejiga y uréter. Con esta técnica el cirujano puede tratar litiasis renales, tumores dentro de riñón y uréter, estenosis y malformaciones de la vía urinaria. Esta técnica está indicada en cálculos renales menores a 2 cm pero con la amplia experiencia de nuestro grupo podemos llegar a tratar cálculos de mayor tamaño. Esta técnica es altamente precisa y emplea material muy sofisticado como láseres e instrumental endoscópico más fino pero muy resistente.

    La cirugía retrógrada intrarrenal (RIRS o CRIR) se desarrolla en las siguientes fases:

    Preparación: el procedimiento se realiza bajo anestesia general o loco-regional según preferencias.

    Introducción del ureteroscopio flexible y visualización: el médico introduce el ureterorrenoscopio flexible través de la uretra hasta el tracto urinario superior. El ureteroscopio flexible está equipado con una cámara de alta resolución y una fuente de luz para permitir al médico ver el interior del tracto urinario. El urólogo inspeccionará el interior del tracto urinario en busca de piedras en la vejiga, uréter y en los riñones.

    Tratamiento: si se encuentran algún cálculo renal, se utilizan instrumentos especiales a través del ureteroscopio para tratarlos, como el láser, guías o cestillas endoscópicas de reducido calibre.

  • Nefrolitotomía percutánea: es un procedimiento endoscópico para extraer cálculos alojados en el riñón de mayor tamaño. Esta técnica es menos invasiva que la cirugía abierta o laparoscópica y necesita una estancia hospitalaria más corta y una recuperación más rápida. En APL Urología nuestra amplia experiencia nos permite emplear calibres más reducidos que mejora aún más el posoperatorio del paciente.

    El procedimiento se desarrolla en las siguientes fases:

    Preparación: el procedimiento se realiza bajo anestesia general o loco-regional según preferencias.

    Punción renal: el médico hace una pequeña incisión en el costado y utiliza imágenes de radiología para guiar un instrumento hasta la piedra en el riñón.

    Fragmentación de la piedra: la piedra se fragmenta en partículas más pequeñas utilizando un dispositivo de litotricia, que puede ser un láser o energía peumática.

    Retirada de las partículas: una vez que la piedra está fragmentada, se retiran las partículas a través del tubo con material específico o se expulsan a través de la orina.

    Cierre: terminado el procedimiento, se cierra la incisión con tan solo 3-4 puntos de sutura.

  • Cirugía endoscópica intrarrenal combinada (ECIRS): ese procedimiento combina la cirugía percutánea junto con la cirugía retrógrada intrarrenal. Consiste en abordar el sistema urinario con dos endoscopios uno directo al riñón a través de la piel y otro a través del uréter.

  • Estudio metabólico: son un conjunto de pruebas orientadas a estudiar por qué se producen las litiasis. Es un estudio muy completo y específico que nos permite prevenir futuros eventos. Igual de importante es quitar todas las piedras que prevenirlas. “Hay que vaciar el cántaro pero también cerrar el grifo para que no se vuelva a llenar”.

    El procedimiento se desarrolla en las siguientes fases:

    Recogida de orina de 24 horas, otra orina de 2 horas y extracción de sangre.

    Cita para recoger los resultados y diagnóstico. Se da al paciente un tratamiento específico basado en medicación, recomendaciones en la forma de vida, alimentación y tipo de agua.

    A continuación, se realiza un informe detallado y se le da la cita de seguimiento del tratamiento puesto.

Innovación Cáncer de Próstata

  • Biopsia líquida: la empleamos en el diagnóstico y consiste en un análisis de orina. Con ella, mediante un estudio de genes específicos, identificamos la probabilidad de que pueda haber un cáncer de próstata en la biopsia. –

  • Estudio genético del tejido tumoral: tomando una muestra de tejido prostático realizamos un estudio genético que nos dirá la previsión de que el tumor evolucione mejor o peor, lo que nos ayudará en la selección de tratamientos.

  • Cirugía robótica: Si bien, el procedimiento quirúrgico de Robot lleva varios años practicándose para el cáncer de próstata, sigue siendo el más innovador y seguro en cuestión de eficiencia, menos complicaciones y recuperación posterior a la cirugía.

    La prostatectomía radical se realiza a través de la pared del abdomen por medio de pequeñas incisiones, por las que se introduce una cámara y los instrumentos pertinentes para llevar a cabo la cirugía; es lo que se conoce como laparoscopia, que puede estar asistida por un Robot. Este procedimiento mejora la precisión, destreza del cirujano y los resultados.

    Es fundamental que el paciente se sienta cómodo y seguro al momento de ejecutar cualquier procedimiento de cáncer y es nuestra prioridad ofrecer una asistencia física, mental y emocional.

    Una vez que el paciente ha sido intervenido, la recuperación es rápida. Saldrá con una sonda y con un drenaje. Si el drenaje tiene poco débito y es limpio, se retirará en pocos días y la sonda también. La cirugía robótica ha demostrado unos resultados oncológicos excelentes y una más confortable y rápida recuperación de los síntomas de cáncer de próstata.

  • Terapia focal: Consiste en destruir el foco o los focos del cáncer con un margen de seguridad dentro de la próstata. Se basa en que pequeños núcleos tumorales de baja agresividad pueden ser ablacionados con diferentes energías (crioterapia, electroporación, HIFU) para llegar a la curación.

    Dado que aún faltan estudios a largo plazo con un número adecuado de enfermos tratados aún se considera un tratamiento experimental pero en pacientes correctamente indicados, ofrece unos excelentes resultados. Se asocia a unas baja complicaciones con menos efectos sobre la erección y la continencia.

    En APL Urología, previamente a la terapia focal, realizamos una biopsia de próstata por fusión de imágenes para localizar exactamente el nódulo tumoral y posteriormente tratarlo. Sin esta precisión no sería posible completar este tipo de tratamientos. El tratamiento se realiza bajo anestesia general. Una vez realizado el tratamiento el paciente es dado de alta al día siguiente sin sonda uretral.

  • Tratamiento del cáncer de próstata oligometastásico: El cáncer de próstata oligometastásico es aquel, que aún no ha desarrollado todo su potencial maligno y que solo presenta un número limitado de metástasis fuera de la próstata.

    Estos pacientes requieren una especial atención y requieren un equipo multidisciplinar con urólogos, oncólogos y radioterapeutas. En la actualidad, sabemos que el tratamiento del tumor primario en estos pacientes mejora la supervivencia, así como el tratamiento directo de las metástasis pero es necesario personalizar cada caso.

    En APL Urología tenemos experiencia en estos tratamientos y somos conscientes de las dificultades que entrañan estos casos. Por ello, disponemos de un equipo de especialistas para estos casos.

  • Tratamiento del cáncer de próstata avanzado y metastásico: El cáncer de próstata avanzado es aquel que se encuentra en un estadio superior al local y ya comienza tener repercusión fuera de la próstata. Se asocia a más recidiva y a peores resultados. Es necesario poner todos los recursos para que el control oncológico sea el adecuado.

    El cáncer de próstata metastásico es cuando la enfermedad sale fuera de la próstata y asienta en diferentes órganos. Aunque suene duro el término “metástasis” en la actualidad disponemos de nuevos tratamientos que nos permiten atajar esta situación y ofrecer buenos resultados y con una buena calidad de vida. El cáncer de próstata metastásico puede aparecer “de novo” o tras un primer diagnóstico que puede haber sido tratado o no. Requiere igual que en oligomestastásico un equipo multidisciplinar y se va a tratar con tratamientos sistémicos, como hormonoterapia, terapia diana o radioterapia.

    Si el cáncer progresa puede pasar a un estadio mayor que consiste en una resistencia del mismo a los tratamientos hormonales. En estos casos, existen tratamientos específicos que atajan al cáncer por otras vías.

  • Tratamiento sistémico: Tratamiento sistémico para el cáncer de próstata que utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas en todo el cuerpo. Se administra por vía oral o intravenosa y puede ser recomendada para pacientes con cáncer de próstata avanzado o recurrente que no se puede tratar con cirugía o radioterapia.

    El régimen de tratamiento varía de acuerdo con la situación individual del paciente. Puede causar efectos secundarios, como fatiga, ocasionalmente pérdida de cabello, náuseas, vómitos, pérdida de apetito y cambios en el sabor de los alimentos.

    Es importante destacar que es un tratamiento potente y puede ser muy efectivo en algunos casos de cáncer de próstata. Con las nuevas moléculas es fácil de tolerar aunque en ocasiones, puede tener efectos secundarios graves. Por lo tanto, es importante consultar a un médico especialista en urología para evaluar la condición individual y determinar si es una opción viable.

Innovación Cáncer de pene y de testículo.

  • Cirugía de preservación testicular:

    en este procedimiento se puede extirpar el tumor, sin necesidad de extirpar todo el testículo.

    El procedimiento se llama orquiectomía parcial o tumorectomía, y consiste en extirpar sólo la porción del testículo afectada por el tumor, mientras se deja intacta la mayor parte del tejido testicular sano. Esta técnica quirúrgica se realiza en combinación con otros tratamientos, como la radioterapia o la quimioterapia, dependiendo del tipo y la extensión del tumor.

    Esta cirugía permite conservar a los pacientes, su capacidad para producir hormonas sexuales y espermatozoides. Además, también puede tener un impacto positivo en la calidad de vida de los pacientes y su autoestima, al evitar la necesidad de una prótesis testicular.

    Es importante mencionar que no todos los pacientes con cáncer testicular pueden someterse a una cirugía de preservación de órgano. Son casos seleccionados dependiendo del tipo, la ubicación y el tamaño del tumor, así como la extensión de la enfermedad, son factores importantes que se deben considerar antes de realizar este procedimiento.

  • Braquiterapia de pene: este tratamiento implica la colocación de fuentes radiactivas en el interior del pene para destruir las células cancerosas. Se utiliza en casos tempranos de cáncer de pene, cuando el tumor está encapsulado.