El cáncer de pene es una enfermedad poco frecuente, pero existen varios factores de riesgo que pueden favorecer su desarrollo.
En primer lugar, es importante saber que es un tipo de cáncer que suele afectar a hombres mayores de 50 años aunque, algunos factores genéticos o infecciones de transmisión sexual pueden incrementar el riesgo en varones más jóvenes.
Asimismo, unas condiciones higiénicas deficientes, la infección por Virus del Papiloma Humano (VPH) y ciertos hábitos de estilo de vida, como el tabaquismo, son los principales elementos relacionados con la aparición de esta enfermedad.
Por otro lado, la falta de circuncisión en hombres que no mantienen una adecuada higiene bajo el prepucio aumenta el riesgo, debido a la acumulación de esmegma, una sustancia que puede causar irritación crónica. Además, la balanitis crónica (inflamación recurrente del glande) se puede asociar con un mayor riesgo de cáncer.
El cáncer de pene afecta principalmente la piel y los tejidos del órgano, y suele diagnosticarse por la aparición de una masa o úlcera que no cicatriza. Los primeros signos de alarma incluyen irritación persistente, enrojecimiento o la formación de bultos en la punta o el cuerpo del pene. A medida que la enfermedad avanza, es común observar síntomas más evidentes, tales como:
Además, en casos de cáncer de pene más avanzados también se puede dar pérdida de peso, fatiga y dificultad para orinar.
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La braquiterapia es una técnica en la que se insertan fuentes radiactivas directamente en el pene para destruir las células cancerosas. Este tratamiento es especialmente eficaz en casos tempranos de cáncer de pene, cuando el tumor está bien localizado y encapsulado. La radiación emitida actúa directamente sobre el tumor, minimizando el daño a los tejidos circundantes. Es una opción que permite preservar gran parte del órgano, con resultados efectivos y menos invasivos.
La penectomía total se realiza en casos avanzados de cáncer de pene, cuando el tumor ha crecido significativamente o se ha diseminado a través del pene. Este procedimiento implica la extirpación completa del pene. Tras la cirugía, se crea una nueva apertura en la ingle, conocida como uretrostomía, para permitir la salida de la orina. Aunque es una medida radical, es necesaria en ciertos casos para detener la propagación del cáncer.
La penectomía parcial se lleva a cabo cuando el tumor afecta solo una parte del pene, permitiendo la extirpación del tejido canceroso mientras se preserva parte del órgano. Dependiendo de la localización del tumor, se puede realizar una glandectomía (extirpación del glande) o resección de una porción mayor del pene. Este procedimiento ofrece un equilibrio entre la eliminación del cáncer y la preservación de la función y la apariencia del órgano, mejorando la calidad de vida del paciente.
En casos más avanzados, donde existe riesgo de diseminación a los ganglios linfáticos, se puede combinar la penectomía con una linfadenectomía, que es la extirpación de los ganglios linfáticos afectados. Este procedimiento ayuda a eliminar posibles células cancerosas que se hayan propagado, mejorando las probabilidades de control de la enfermedad. La penectomía sin linfadenectomía se realiza cuando no hay signos evidentes de metástasis en los ganglios.
La prevención del cáncer de pene se basa principalmente en la reducción de los factores de riesgo conocidos. Una de las medidas más efectivas es la circuncisión, especialmente si se realiza durante la infancia, ya que disminuye significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad al reducir la acumulación de esmegma y las infecciones crónicas bajo el prepucio.
Además, es fundamental mantener una higiene adecuada, especialmente en los hombres no circuncidados, asegurándose de limpiar correctamente la zona debajo del prepucio para evitar la acumulación de bacterias e infecciones.
También es importante adoptar prácticas sexuales seguras, como el uso regular de preservativos para prevenir infecciones de transmisión sexual, en particular el virus del papiloma humano (VPH), que está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de pene. Limitar el número de parejas sexuales y vacunarse contra el VPH son otras estrategias preventivas que pueden ayudar a reducir este riesgo.
Como especialista urólogo en Madrid, mi formación y experiencia es amplia. Estoy especializado en cirugía robótica y cirugía mínimamente invasiva, un tipo de cirugía con menos riesgos que la cirugía convencional, en intervenciones de litiasis renal, cirugía de riñón y cirugía de próstata. He realizado dos estancias en EEUU, en cirugía mínimamente invasiva y cirugía robótica: una en Columbia University School of Medicine, Nueva York, y una segunda en Medical Care Center Irvine, California.
Ver FichaPreguntas frecuentes
El tipo más común de cáncer de pene es el carcinoma de células escamosas, que se desarrolla en las células de la piel del pene. Aunque existen otros tipos menos frecuentes tales como el melanoma, el carcinoma de células basales y el sarcoma.
El cáncer de pene se clasifica en varios estadios, desde el estadio I, donde el tumor se limita al pene, hasta el estadio IV, en el que el cáncer se ha extendido a ganglios linfáticos y otros órganos. Los estadios intermedios presentan distintos grados de invasión local y regional, lo que afecta a las opciones de tratamiento y pronóstico.
El pronóstico del cáncer de pene depende del estadio en el que se diagnostique. En etapas tempranas, cuando el cáncer se limita a la superficie del pene, las tasas de curación son altas. Sin embargo, en etapas avanzadas, si se ha extendido a otros órganos, el pronóstico es menos favorable.